Una vez más, traigo un pequeño proyecto de bricolage musical, es este caso para grabación de voces. Se trata de una pantalla vocal portátil, un "vocal booth", un aislante acústico que se coloca alrededor de los micrófonos para grabar voces más limpias, sin ruidos ni ecos o reberveraciones procedentes de los objetos de alrededor o las paredes. En realidad, esta pantalla debería completarse con algún otro tipo de material absorbente acústico, situado por detrás del cantante.
Existen en el mercado dispositivos de este estilo, con precios que rondan los 100 o 200 euros, algunos incluso más baratos. El incoveniente que les he visto es que suelen pesar bastante, entre 2 y 4 kg, sobre todo por la estructura metálica. Al colocarlos en un pie de micro corriente, junto con un micrófono de condensador pesado, el peso se nota mucho.
Esto me animó a fabricarme uno de estos inventos, pero con una estructura básica de madera muy liviana. La espuma absorbente acústica no puede ser de cualquier tipo: debe ser de celda abierta, con las burbujas de aire no cerradas (en la térmica sí deben serlo), así el sonido puede propagarse en su interior y atenuarse al hacerlo.
El material ha sido todo reciclado, excepto la espuma de la capa más exterior que compré en una plancha de 1 m2, y algún detalle más, en total unos 20 euros... El peso de la pantalla es de unos 700 gramos, de modo que realmente apenas carga al pie de micro, donde comparte sujección con el propio micrófono. Y la última ventaja es que es desmontable, quedando la estructura y la espuma con una forma plana de unos 30x80 cm., de modo que puede guardarse o transportase fácilmente.
En fin, aquí dejo unas fotos. El micro que he puesto es un T-Bone de condensador que tiene su propio filtro pop. Como de costumbre, olvidé tomarlas durante el proceso de construcción...
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